Lengua repaso. LA COLMENA

               
Martin Marco se para ante los escaparates de una tienda lavabos que hay en la Calle de Sagasta. La tienda luce como una joyería o como la peluquería de un gran hotel, y los lavabos parecen lavabos del otro mundo, lavabos del Paraíso, con sus grifos relucientes, sus lozas tersas y sus nítidos, purísimos espejos. Hay lavabos blancos, lavabos verdes, rosa, amarillos, violeta, negros; lavabos de todos los colores. ¡También es ocurrencia! Hay baños que lucen hermosos como pulseras de brillantes, bidets con un cuadro de mandos como el de un automóvil, lujosos retretes de dos tapas y de ventrudas, elegantes cisternas bajas donde seguramente se puede apoyar el codo, se pueden incluso colocar algunos libros bien seleccionados, encuadernados con belleza: Hölderlin, Keats, Valéry, para los casos en que el estreñimiento precisa de compañía; Rubén, Mallarmé, sobre todo Mallarmé, para las descomposiciones de vientre. ¡Qué porquería! Martin Marco sonríe, como perdonándose, y se aparta del escaparate.
La vida -piensa- es todo. Con lo que unos se gastan para hacer sus necesidades a gusto, otros tendríamos para comer un año. ¡Está bueno! Las guerras deberían hacerse para que haya.menos gentes que hagan sus necesidades a gusto y pueda comer el resto un poco mejor. Lo malo es que, cualquiera sabe por qué, los intelectuales seguimos comiendo mal y haciendo nuestras cosas en los Cafés. ¡Vaya por Dios!
A Martín Marco le preocupa el problema social. No tiene ideas muy claras sobre nada, pero le preocupa el problema social.
-Eso de que haya pobres y ricos -dice a veces- está mal; es mejor que seamos todos iguales, ni muy pobres ni muy ricos, todos un término medio. A la Humanidad hay que reformarla. Debería nombrarse una comisión de sabios que se encargase de modificar la Humanidad. Al principio se ocuparían de pequeñas cosas, enseñar el sistema métrico decimal a la gente, por ejemplo, y después, cuando se fuesen calentando, empezarían con las cosas más importantes y podrían hasta ordenar que se tirasen abajo las ciudades para hacerlas otra vez, todas iguales, con las calles bien rectas y calefacción en todas las casas. Resultaría un poco caro, pero en los bancos tiene que haber cuartos de sobra.
Una bocanada de frío cae por la calle de Manuel Silvela y a Martín le asalta la duda de que va pensando tonterías.
-¡Caray con los lavabitos!
CAMILO JOSÉ CELA, La colmena

1. ¿Qué función del lenguaje predomina en las oraciones exclamativas del texto (4, 9, 12, 14, 26) ¿Hay alguna otra función?

2. Indica la función de:
  • que seamos todos iguales (17)
  • a la Humanidad (18)

3. Indica la categoría gramatical de:
  • ante (1)
  • vaya (14)
  • caray (26)

4. Perífrasis o no:
  • se pueden incluso colocar (7)
  • tendríamos para comer (11)
  • seguimos comiendo (14)
  • debería nombrarse (18)
  • va pensando (24)

5. ¿Impersonal o pasiva refleja?: se pueden incluso colocar algunos libros bien seleccionados

6. En este fragmento: “Las guerras deberían hacerse… en los Cafés” (líneas 12 y 14), localiza una subordinada adjetiva, una adverbial y una sustantiva . Clasifica la adverbial y señala la función de la sustantiva.

7. Localiza una subordinada adverbial entre las líneas 24 y 25. Clasifícala.

8. Localiza una subordinada adjetiva entre las líneas 24 y 25.